El teatro de Ricardo Amorena toma elementos provenientes del sainete criollo, la farsa, la comedia musical y el drama para integrarnos a esta época donde el neoliberalismo nos manipula como oscuras piezas de un engranaje alienante.

“LA MUERTE ES UN LA MENOR, A VECES...” es un sainete musical donde la locura, la sinrazón de la vida y la finitud de los seres humanos está envuelta en la trama egoísta de la herencia y la correspondiente posesión de los bienes materiales.

Cada personaje tiene su lugar pero éste siempre está en movimiento, el absurdo se resolverá danzando en el final.

“BARRO” puede definirse como una “parodia histórica” donde se plantea el tema del poder.

Los distintos personajes que lo ejercen deciden sobre la vida y la muerte de las mayorías mientras transcurren sus devaneos sentimentales.

En el final inesperado se producirá un cambio, la caída de unos y el ascenso de otros para que todo pueda proseguir mientras el pueblo envilecido e ignorante se conforma con las migajas del festín.

En “VENGO A MATARTE” (drama) Indalecio y Eleuterio son los lados opuestos del consabido triángulo amoroso donde se juega la suerte de la dama en una partida de ajedrez.

Las cosas no son tan simples sin embargo, para la rutina, la soledad y la amistad no hay “tablas” de salvación posibles.

El “Pacto de ficcionalidad” ha sido establecido con estas tres obras, riámonos entonces al contemplar nuestras deformidades y valoremos también la lucha cotidiana por hallar el “buen sentido”, dejemos que el lente corrosivo pero no exento de compasión del autor nos allane el camino.

ALBERTO EXTREMERA

(Poeta y Escritor)